Las
llamas de mi ardiente virilidad
han
quemado tus alas
Ahora
vives en mí
en
la probabilidad de la certeza
de
sentirte amada deseada eternizada
Hoy
eres como una lluvia apasionada
que
en sinfonía de caricias calmas
mi
alocado corazón aventurero
envolviéndome
en tu atmósfera sutil
dando
así perfecto cumplimiento a mi propia profecía
que
ambos pintemos la luna del color del amor