Mis manos abren tus
ranuras vacías de silencio
Es un sueño al desnudo tropel
de reflejos dando vida a las sombras
que con el néctar de la luna escribo
enigmas extraños en la placida
estancia donde el dolor sonríe a la primavera
del clamor para que tu clausura se eleve
como volcán para arden en castillos
de deseos que inquieta aún más
nuestros mares de amores